No tengo palabras, y si algún día las tuve, ya no las tengo hoy. Estoy algo confusa, algo callada, e inquietantemente tranquila. Creí que podía volar, y choqué, pero aún así quiero seguir intentandolo, me mantiene viva, y es bueno sentirse viva.No sé a donde voy, pero si sé a donde quiero llegar, ¿eso tiene sentido?, últimamente las cosas carecen de sentido en mi mente, son ilógicas y casi incomprensibles para muchos, quizá no para mí ...
Mi cerebro parece una computadora, llena de archivos y datos y vacios, es complejo detener mis pensamientos, me siguen a donde quiera que voy, me molestan, me callan y otras veces me llenan de esperanza. No hay nada absoluto en mi vida, la respuesta válida es la que me hace feliz, mis pasos los guía el viento. A veces tiendo a ser demaciado sincera, sólo cuando llego a confiar al 100%, pero a menudo me pregunto si los demás son sinceros conmigo, y al final pienso que si, sólo porque quiero creerlo. En noches vacias me aferro a los momentos lindos que he vivido, que aunque sean pocos, me hacen dormir en paz. Mi pena, mi rabia, mi felicidad, mi paz, mi dolor, mis lágrimas y mis sonrisas han sido parte de mi historia, una rara, pero larga película que ha durado 18 años, y quien sabe cuantos más durará.He querido salir corriendo muchas veces, conocer nuevos mundos, olvidarme de todo lo que me hace mal pero sigo aquí, sobreviviendo, no sé porqué lo sé pero sé que voy a salir para encontrar mi lugar, mi mundo.
Ahora tengo un propósito, más allá de todo, y no puedo dejar de cumplirlo...
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